Continuando nuestros Relatos globales en tiempos de coronavirus, les presento en esta ocasión el siguiente texto que nos llega desde Wallingford - Connecticut, escrito por Laura C. Naranjo:
Un día despertamos con la alerta de que un enemigo silencioso empezaba a esparcirse por el mundo, ya en China había cobrado vidas y empezaron a cerrarse las fronteras. Los cruceros, que eran considerados un atractivo turístico, ahora eran considerados enemigos y no se les permitía tocar tierra, porque ahora eran focos infecciosos. Se empezó a escuchar términos como cuarentena, aislamiento, observación, y la palabra más temida CORONAVIRUS.
Todos empezamos a hablar del Coronavirus como algo aislado, como algo que no nos iba a llegar, eso era para los otros, “acá no llegará” decíamos, y hacíamos mil conjeturas sobre el tema, como si fuésemos expertos. Sin embargo, esto no duró mucho, ya que los noticieros hablaban cada vez más del coronavirus como una epidemia y ahora era conocido como el COVID-19 y por su rápida propagación por el mundo.
A finales del mes de febrero y después de ver la difícil situación de Italia es que el pánico comienza a apoderarse poco a poco de cada uno de nosotros y se empieza a correr la voz de que este virus se ha convertido en una pandemia mundial. Todos los noticieros empiezan a poner insistencia en los cuidados que debemos tener para evitar un contagio y los síntomas que presenta la enfermedad.
En todo lado escuchamos: poner énfasis en la utilización de guantes y mascarillas, lavarse las manos con mayor frecuencia y desinfectar todas las áreas públicas, para evitar contagios. Es en este momento en que la gente empieza a entrar en un estado de “pánico” y comienza a volcarse a los supermercados. Los primeros productos en agotarse fueron el papel higiénico, guantes, mascarillas y desinfectantes (hoy por hoy, agotados).
Desde la primera semana del mes de marzo el presidente de la nación Donald Trump, comienza a dirigirse a todos los habitantes a través de una cadena nacional diaria para poner en marcha el plan de contingencia y hablar sobre las medidas que se tomarán frente a esta pandemia; a la vez que pide calma y que se tomen las debidas precauciones para evitar su expansión.
Entre las medidas adoptadas están el cierre de los aeropuertos para vuelos procedentes de Asia y Europa, el cierre de las fronteras con Canadá y México, con ciertas restricciones, el desembolso económico para cada Estado de la Nación para que puedan superar los estragos que deja esta mortal enfermedad.
Así mismo, se amplía el plazo para la declaración de impuestos sin intereses, se ha solicitado a la banca privada refinanciar las deudas, se congelan los intereses de las becas estudiantiles y en los casos de las personas que se ven obligadas a dejar sus trabajos, por precaución y por el aislamiento social obligado, se hará la entrega de un cheque de mil dólares mensuales por dos meses para que puedan ayudarse mientras dura la medida.
Durante las dos primeras semanas de marzo, los supermercados estaban abarrotados de gente que quería adquirir productos para enfrentar la cuarentena, sin embargo, las estanterías estaban vacías. Walmart la cadena de supermercados más grande de USA, que generalmente atiende las veinte y cuatro horas del día, se vio en la necesidad de reducir su horario de atención de 06:00 am a 11:00 pm, para reabastecerse y seguir atendiendo, aunque no ha sido suficiente, puesto que ahora se ha limitado la venta de ciertos productos a máximo dos ítems por persona, y en el caso del papel higiénico un paquete de seis unidades por persona. Además se solicita evitar acaparar los productos de primer necesidad.
El grupo más vulnerable y golpeado por esta pandemia son las personas de la tercera edad, ellos han extremado sus medidas de seguridad y son prioridad del gobierno, al igual que los niños.
Los supermercados, farmacias y bancos son los únicos autorizados a atender a los clientes con las debidas medidas de seguridad, los restaurantes cerraron sus puertas atendiendo la disposición oficial y solo se realizan pedidos a domicilio y el servicio de Drive thru. Los grandes beneficiados con estas medidas son las grandes cadenas: McDonalds, Wendys, Dunkin Donuts, Tropiburger.
Aunque los parques no se cerraron, las personas evitan salir por precaución y aunque aún no es oficial la cuarentena nacional, la mayoría de nosotros a estamos viviendo la misma por responsabilidad a nuestras familias, a nuestros vecinos y por nosotros mismos. Nosotros también nos quedamos en casa.
Como dato aislado les cuento que se pospusieron las elecciones primarias, hasta que sea seguro, las clases están suspendidas lo que resta del año lectivo, sin embargo, están trabajando bajo la modalidad on line, así también todas las actividades de concurrencia masiva sean estas sociales, culturales o religiosas también suspendidas hasta segunda orden.
Las primeras ciudades en entrar en el toque de queda indefinido fueron Nueva York, San Francisco, y ahora se declaró en toque de queda a todo el Estado de California.
En cuanto a cifras, hasta hoy (23 de marzo) en el estado de Connecticut, en el que vivo existen 327 casos y 8 fallecidos; a nivel nacional 41.000 casos 485 fallecidos.
Me despido con la certeza y esperanza de que con la bendición de Dios esto pasará y seguiremos adelante luchando por un mundo mejor, un mundo nuevo, un mundo más consciente, un mundo más solidario, después de este golpe tan duro que nos hizo reaccionar de sabernos hermanos, de darnos cuenta del gran regalo que es la VIDA.
Sobre la propuesta:
Quisiera recopilar relatos de diversos países, de gente que nos cuente “¿Cómo se vive en tiempos del Coronavirus?”. Se trata de relatos cortos (alrededor de 500 palabras) que nos digan cómo está su ciudad o país y qué hacen ustedes en medio de esta crisis.
I would like to compile stories from various countries, from people who tell us "How do people live in the times of the Coronavirus?". These are short stories (about 500 words) that tell us how your city or country is doing and what you are doing in the midst of this crisis.
Je voudrais compiler des récits de différents pays, de gens qui nous disent « Comment vit-on à l’époque du coronavirus ? » Il s’agit d’histoires courtes (environ 500 mots) qui nous disent comment est votre ville ou votre pays et ce que vous faites au milieu de cette crise.
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