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Foto del escritorMilton Calderón

Las últimas medidas de Moreno: el FMI por encima del bien común

Muchos gobiernos han buscado paliar los efectos de la crisis económica que va dejando el COVID-19 buscando medidas que favorezcan el bien común. En Ecuador, en cambio, el gobierno ha aprovechado esta situación para responder a su patrón, el FMI, dando muestras de mediocridad y de inhumanidad.


1. Con la inteligencia que los caracteriza, pretenden solucionar la falta de trabajo, quitándole el trabajo a la gente que lo tiene. Así, plantean una reducción de la masa salarial del sector público (léase despidos), y una reducción de las jornadas de entre una y dos horas, por supuesto, con menos sueldo. Esto representa para el trabajador una contribución de hasta un mes y medio de su trabajo al año. ¿Crisis, novedad? En absoluto. La carta de intención con el FMI de marzo del año pasado, comprometía al país a armonizar los sueldos del sector público con los del sector privado, “cuyos niveles son, en promedio, más bajos que en el sector público”. En términos reales, la carga laboral seguirá igual, el sueldo, no.


2. En lo que va la crisis hay ya tres golpes bajos al sector educación: una reducción del presupuesto a la educación regular que significó el despido de muchos maestros y la eliminación del bachillerato internacional, una reducción del presupuesto a las universidades, y ahora, con la misma lógica arriba explicada, una reducción del salario de los profesores. De esta manera, aunque el gobierno hable de un “tratamiento especial” y de “no desvincular a ningún maestro”, es claro que esa no es la intención y que en tiempos de neoliberalismo, la educación deja de ser una prioridad.


3. Para hacer eco de la fórmula tan repetida por algunos sectores afines al gobierno en Ecuador: “el Estado no es un buen administrador”. Sin embargo, la respuesta frente a esta constatación visibiliza lo que dichos sectores quieren lograr, ya que, en lugar de fortalecer la administración pública y mejorar en general todo “lo público”, se opta por eliminar, fusionar o rematar las empresas que pueden ser fuentes de ingreso para el país. Menos empresas públicas, menos inversión, más desempleo, más contribuciones de los ciudadanos “de a pie”.


4. Por último, como se preveía, se libera el precio de los combustibles. Cosa rara, en la última cadena nacional, nunca se utiliza ni este término ni el más conocido de “eliminación de subsidios”. Al contrario, se aprovecha una coyuntura para hacer pensar que dicha medida es un beneficio para el entero de la población, pues al estar el dólar a la baja, el precio de los combustibles también lo está. Se vende la ilusión de una política acertada, cuando lo único que han hecho es, paradójicamente, “echarle más gasolina al fuego”.


Mientras el FMI sonría y el Ecuador les pague a tiempo las deudas, podemos seguir confiados en la capacidad de nuestro gobierno para hacer bien las cosas. A la final, los bancos nos podrán dar buenos préstamos pues ellos no tienen porqué soportar la crisis, los militares seguirán recibiendo a tiempo sus ingresos, pues ellos sí que trabajan, y tu jefe podrá reducirte, el día de mañana, el salario a la mitad. Recuerda que ¡Ecuador cuenta contigo!, no defraudemos a la patria. ¡Al Ecuador lo sacamos entre todos!
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